Los que no nos aman, nos quieren atar para que no nos vayamos. Pero Él no lo hace de ese modo, sino que nos deja libres en la creación, como a los pájaros en las arboledas. Ellos, si los olvidamos, se van para otro lugar. Mas, Él no nos deja, ni se va, aunque nosotros nos alejemos, sino que su amor, siempre espera nuestro retorno.

 

Con ellos, nos hemos de cuidar de no llegar en hora tardía o en ocasión inoportuna.

A Él, nos podemos presentar en cualquier instante. A todas horas y siempre lo encontraremos esperándonos.

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