TRÍPTICO A SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Triptico a sor Juana Inés de la Cruz

La rosa negra
“Rosa divina que en gentil cultura” *
eres tú misma, poetisa cristiana
prendada del Señor, rosa galana
cautiva entre el amor y la pavura.
Ninguna como tú, flor mexicana
que tan sólo florece en esa altura
a la sombra de Dios, en la más pura
y honda ilusión de la terneza humana.
La rosa que soñara Moctezuma,
negra rosa del tiempo soberana
hondo secreto que a la muerte abruma;
la rosa de tu réplica, Sor Juana
y la del oscuro hábito de bruma
que transmuta la noche en la mañana.
*Los primeros versos de cada soneto, pertenecen a Sor Juana; se los incluye como un homenaje a su poesía..
II Espejo ausente
Si “es cautela el engaño del sentido”
y prudencia la sierva de la nada,
no te pese jamás haber sabido
ni empuñar la verdad como una espada,
que la verdad es sólo Su mirada
centelleando en el espejo prohibido
de todos los conventos, el olvido
del viejo rostro, la virtud velada.
Pero la sangre vuelve, su dormido
eco retumba en la pasión alada
que es el aura del saber escondido.
Esa hambre de Dios, que siempre ha sido
tan profunda y cabal, enamorada
del Misterio, ¿de dónde te ha venido?
.
III. La más humilde boda
“Yo no estimo tesoros ni riquezas”
ni lisuras de mármol en las plazas,
prefiero como tú las asperezas
de la piedra, cal y canto en las casas.
En la madera de la cruz que besas
no hay plata ni oro, pero cuando pasas
una gema de luz brilla si rezas
sobre el arduo sayal en que te abrasas.
Y cuando llena de esa luz, regresas
del altar a tu celda, donde abrazas
la inseparable cruz de tus certezas,
pareciera que en ella te desplazas
hacia todos los cielos, que no pesas
y hay una fiesta, en la que tú te casas.