Grisel Parera nació en el Caribe, en su Cuba mágica.

Miguel Romero dice de ella: “Su poesía es frenética y compulsiva a veces, pero maquiavélicamente segura, melódica y sensual. En cada estrofa hay imaginación convertida en sonidos líricos, respuesta a sensaciones cotidianas envueltas en un frenesí de advertencias y sobre todo, canto a la esperanza entre palabras hilvanadas en el momento oportuno  y hacia la búsqueda perfecta de la sintonía silábica.”

Entre sus palabras, bellas, profundas, sensibles, dulces, sonoras, consecuentes, trágicas, dolorosas, vitales, generosas, deudoras y amantes, hay sueños profundos y auténticos, porque “solo buscando las palabras se encuentran los pensamientos”.

Entre sus poéticas hay belleza, armonía y sentimiento; credo, sencillez, confianza, respeto, adulación, compromiso, humildad y libertad, porque solo “buscando la libertad se encuentran los valores eternos

Y entre sus versos, rítmicos, consecuentes, planos, hay rubor de sentimiento y sincera amistad, que recorre el caudal de un agua soñadora y eternamente, conquense.

Tarde de lluvia y sol de primavera, en Tomelloso.

A José López Martínez

 

Desde el misterio de la Nada,

y la profunda soledad del Tiempo,

-púrpura y nácar- surgió tu palabra

en tierra manchega.

En Rocinante, con lanza en astillero y adarga antigua,

surcas lejanías, para andar caminos, que piensas cada día.

Refulge la risa, del niño que no muere, y por siempre serás: ¡Un peregrino nuevo!

Tus versos, son murmullo que no cesa,

y en la herencia lírica quedan. Y en la memoria,

los ancestrales gritos de la tierra, en rieles circulares,

llaman, para que sólo mires espigas, que en los trigales llevas.

A ninguna parte vamos. ¡o no vamos!.

Pero en este viaje a la deriva, con el amor te fundes,

así, haces entrega de la fantasía,

en tu sílaba abierta, al mundo


En el silencio habito

 

Toma mi verso,

cuando

en el silencio habito.

Las palabras, 

que median entre tú y yo,

nos unen y separan.

¡Escucha mi silencio!

La verdad no es palpable ni decible.

se halla en la soledad y el vacío.

Las sensaciones emergen,

la clarividencia brota…

Y el mundo de justicia abstracta,

misterios extraviados y afilada brisa

sucumbe, en el abismo de círculos

donde callan las palabras.

Quédate en mi verso,

cuando

en el silencio habito.

De su libro: Soñé la noche verde

Mi gato

La tormenta apagó la tarde:

amarilla, con olor a naranjas

y frescura de verano.

El viendo, caballo desbocado sobre la dulce caña

alumbró olas verdes

para mecer un collar de lluvia.

Y por la puerta de la Nada

entró mi gato de humo,

cual sombra de silencio y misterio.

Deslicé los dedos por su espalda fría,

sus ojos de acero, buscaron los míos

y descubrí, otro idioma:

los murmullos.

De su libro: Soñé la noche verde

Al poeta Francisco Caro

Ese sonido invisible

 

De pronto, desde el silencio cometido,

como un vagido ancestral,

es un respiro

sentirte como Adonaís

en el epílogo.

Llegan noticias de tus versos,

en ángeles subidos,

y yo te entiendo desde la mañana,

desconocido…

¿Qué hacer después?

¿Acaso interpretar ese sonido

invisible? ¡Es un atino!

Así que voy feliz,

bailarina al sol, contigo y sin ti,

pero vestida de tus versos

en este retiro tocado

por tu voz y tu aliño.

Dibujo de Higorca Gómez

Un comentario

  1. Precioso Gricel, tus verson fluyen fáciles, sin palabras rimbombantes, para ti es fácil lo que para otros resulta farragoso, Te expresas sin esfuerzo y llegas (a la primera).Saludos cubanita, y gracias

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