La poeta Villalta dice de si misma”: “Nací en Membrilla (Ciudad Real) en un tiempo general de España todavía abatido por la guerra (la que hizo el último gran daño del que, aunque no lo creamos, sigue habiendo restos), pero al calor humilde de gavillas y vino de cepas familiares y de costales de trigo que aventaba mi padre, mientras a mi hermano y a mí nos contaba lo aprendido en la vida hasta entonces y en sus enciclopedias escolares, y nos enseñaba a amar la herencia del trabajo y la tierra y a hacerlos productivos “sin servir a nadie”, y con una madre que sabía hacernos soñar plegando borriquillos y molinillos de papel y recitándonos los versos que a su vez a ella le habían fascinado en su tiempo de escuela, mientras nos cosía la ropa con tejidos de vichí y hacía las mejores gachas blancas con arrope o azúcar”.
Es autora de los libros “El dolor de la música” Poesía. 2017. “Viaje al conflicto” Literatura 2015. “El río Azuer desde el origen de su nombre.” Estudio 2014. (Edición digital de la Diputación de Ciudad Real y en papel de la autora). “A través del otoño” Poesía 2013. “Carnaval en Membrilla” Estudio 2012. “25 Aniversario.” Estudio 2010. “Pleno de su luz.” Poesía 2010. “Donde habita la inocencia.” Poesía 2007. “En torno a don Quijote” Poesía y Estudio 2006. “El topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato” Estudio 2005. “Diálogos.” Poesía 1999.
Así mismo ha participado en los libros colectivos: “Cántiga, Poetas de la provincia de Ciudad Real, Primer Cuarto del siglo XXI” Nieves Fernández Rodríguez. 2016. “Viajeros por Castilla-La Mancha” Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha 2017. “Corazón de Plata.” Poesía infantil. León 2016. Coordinada por María Camino Ochoa. Finalista X Premio Orola 2016, Facer Españas. Antologizada XI Premio Orola 2017, Facer Españas. “Antón pirulero.” Museo del niño. Albacete 2015. “A risas con la palabra” Encuentro Oretania de Poetas. C&G 2014. “La palabra herida” Colectivo 2013. “La palabra desnuda” Colectivo 2012. “Membrilla, crecida por el Azuer” Colectivo 2010.
Es Licenciada en Filología Hispánica, Etimóloga.
Manchega y Poeta.
“Investigo, escribo, viajo porque me siento más propia y deslumbrada, más esponjosa.”
Isabel Villalta Villalta (De A TRAVÉS DEL OTOÑO. 2013. Ed. Vitruvio. Madrid. Colección Baños del Carmen)
Primera parte: Rachas, chasquidos
6
Inexorable
Sin piedad, como escarcha
inexorable en los huertos, en los nidos,
inevitable a ocupar tus derechos.
Llegas infalible entre besos de Baco
y del dios del averno
a raer las estancias que anidaban
temblorosos incendios,
paraísos recónditos,
oleadas de vida…
Los lechos que soñaban
infinitas cosechas.
Severo.
Lentamente aplacando el ardor de la sangre
que entre flores y espigas
ardía.
Segunda Parte: Remanso
6
Torrevieja
Fueron allí los julios
la inconsciencia de plenitud suprema.
El oleaje
y la libertada de los niños
con la pala y el cubo
levantando castillos
y trayéndonos conchas,
esa unidad deliciosa que tú
y yo controlábamos, vigilantes
y jóvenes para otros y muchos
veranos, era arrullo
entre carreras y aromas de sal
y de algas que sin saber
perforaba nuestra piel bronceada,
que se instalaba
en los enlucidos del alma.
Como un meteorito que arrasa
ha pasado aquella marea
de dicha.
Ahora sus puestos, sus compromisos,
su familia ya propia,
la ciudad, la distancia los atrapan…
Nos regañan si cogemos el coche
para llegar al cabo
de dos o tres horas a aquella playa
de risas y de sueños.
Ya sois mayores,
nos dicen, podría pasaros algo…
Nos pasa que allí los recuperamos,
que nos bañamos
con melancolía callada,
en la vida radiante
dejada en aquellos veranos.
Isabel Villalta Villalta (De VIAJE AL CONFLICTO. DosEmes, 2015)
Contingente de esperanza
Veinticinco, cincuenta,
doscientos, mil…
Pertenezco a esos mismos contingentes
que saben que las guerras
traen bajas y dolor.
Pero también los pactos de la dicha.
En mi chaleco llevo credenciales
de vida y de reconstrucción.
Con toda
mi fuerza espero
que sean aceptadas.
Tintineo de luz en tus bolsillos
Patrullas por las calles
donde hay niños descalzos.
Te miran y los miran,
les sonríes,
hablas con ellos y les cuenta
un cuento divertido.
Carcajean.
Reís juntos, escarbáis en los charcos
rebuscando juguetes escondidos,
quizás una moneda…
Tintineas su luz
detrás de sus orejas,
les abres su menuda y churretosa mano
y haciéndole cosquillas
deposita en ella
un puñado de estrellas.
Lo que no se puede imaginar
Hoy todos os miráis
en la Base penetrando en los rostros,
en los vidrios traspasados del alma;
la patria tan lejana, la familia…
Miráis en llanto vivo
el hace nada alegre
de otro compañero caído en la emboscada.
Y suenan en los aires cornetas funerales
y alejados desfiles oficiales.
Nostalgia del amor
Ho capito che ti amo…
He sabido que te amo…
(hablas con ella).
Empecé a recordar esa canción
italiana de aquellos años nuestros
el día que empezó
a tornarse un exilio la distancia…
(o tiembla el teclado debajo de tu pulso)
He sabido que te amo…
Y ahora,
al evocarla sin ti, al musitarla
sin ti
desde esta lejanía de páramos y avispas
percibo intensamente
lo mucho que te extraño.
He sabido que te amo aquí tan hondo y lejos
de tu tierna costumbre y de tu tacto
cuando llega la aurora y en la cama
solo hay añoranzas, temores y agonías
y alientos cristalinos encima de la sábana
de haberte amado tanto…
Pongo un pie en la diana y me visto
-ciñendo la guerrera-
de nuestros lienzos cálidos, de nuestra
cercanía
de lunas llenas de alma
en noches de azahares
-con una mar inmensa
y selvas y montañas de por medio-
para hacer hoy de nuevo el áspero camino
este día más duro y desolado…
o este día más tierno,
o este día más muerto,
o este día más nuestro.
He sabido lo mucho que te amo
desde este puesto aquí
que tiene más valor de lo que se imagina.