Cuando conocemos a Sancho Panza al principio, Cervantes nos presenta un personaje de quien podemos burlarnos. De hecho, los primeros versos escritos por Cervantes sobre Sancho dicen que es “un labrador vecino suyo [Don Quijote]… de muy poca sal en la mollera”. De repente, el autor está describiéndolo en una manera para dar al lector una imagen negativa de Sancho. Y a lo largo de los primeros veinticinco capítulos, el lector ve la mayoría de los rasgos malos de Sancho. Se ve que él es un seguidor que piensa en sí mismo y en las riquezas potenciales para su familia, en vez de alguien que toma el control de una situación y puede ser un líder que piensa en los demás.

        Sin embargo, hay algo que pasa a lo largo de la primera mitad de esta Primera Parte del libro. Hay una transformación de Sancho y sus acciones que no son muy claras ni rápidas, sino poco claras y bastante lentas. El lector empieza a ver la transformación cuando Don Quijote habla sobre su dama imaginaria, Dulcinea. Hay un episodio con varias partes importantes que ocurren entre Don Quijote y Sancho con respecto a Dulcinea que muestran parte de esta transformación. La primera parte ocurre cuando Don Quijote le dice a Sancho la identidad verdadera de Dulcinea. La segunda parte tiene lugar después de que Sancho regresa de entregar la carta, o mejor dicho sin entregarla, y él habla sobre lo que sucedió con Dulcinea. Lo que Sancho muestra al lector es el principio de sus nuevas creencias.  Es decir, por escuchar a su amo y por hacer lo que Don Quijote quiere, Sancho Panza empieza a “quijotizarse” y a creer en lo increíble como Don Quijote.

        Durante la primera parte, el lector ve a Sancho como un hombre que sigue a Don Quijote con la esperanza de encontrar algún tipo de riqueza con fines egoístas para su familia y para sí mismo. En el libro, El sin par Sancho Panza: parodia y creación, Eduardo Urbina dice algo muy similar: “Para Sancho la aventura comienza con su furtiva partida del pueblo, en el que deja a mujer e hijos a fin de hallar en compañía de su paisano una solución inmediata a sus ansias… deseoso de librarse del trabajo diario” . Esto es exactamente lo que Sancho busca, y con la promesa de su propia ínsula dada por Don Quijote, el escudero sigue a su amo con mucha fe. Tal vez Sancho es un poco ingenuo al creer a su amo con respecto a la ínsula, pero cuando Don Quijote le dice a Sancho cosas sobre Dulcinea y su nombre verdadero, Aldonza Lorenzo, Sancho le sigue el juego. El lector sabe esto porque Sancho conoce a Aldonza Lorenzo.

Lo que Sancho le muestra al lector aquí son los rasgos de Aldonza que él ve. Él la ve como labradora y no como la princesa de la que Don Quijote ha hablado tantas veces. Es un insulto para Don Quijote, y como resultado, él le dice a Sancho una historia de una viuda y un idiota para que Sancho entienda el amor que él siente por Dulcinea. Al final, Sancho quiere disculparse y en el texto de Cervantes dice: “Digo que en todo tiene vuestra merced razón… y que yo soy un asno”.

        Es bueno que Sancho se disculpe, pero yo creo que es una disculpa falsa porque él quiere que Don Quijote piense en él como un tonto. Sin embargo, Sancho acaba de mostrarnos que él no es estúpido, sino más inteligente que antes. Al engañar a Don Quijote, su inteligencia aparece en la historia. Sancho muestra falsamente a su amo que él también cree en lo increíble que es Dulcinea. Por primera vez en la historia, Don Quijote cree a Sancho en vez de Sancho creer a Don Quijote. Esta es una señal de la habilidad nueva de Sancho, y entonces, aquí empieza su transformación hacia la “quijotización.”

        La segunda parte del episodio empieza cuando Sancho se va al Toboso para darle a Dulcinea la carta, pero no llega allí nunca a causa del encuentro con el cura y el barbero en la venta. Entonces, Sancho tiene que fingir y contar a su amo sobre su encuentro ficticio con Dulcinea. Cuando Don Quijote pregunta a Sancho sobre lo que pasó con Dulcinea, Sancho le dice cosas inventadas. Para cada pregunta de Don Quijote, Sancho responde con lo opuesto de lo que quiere oír Don Quijote. Por ejemplo, en el texto de Cervantes, Don Quijote pregunta a Sancho “¿tiénesla (la carta) todavía en la memoria, Sancho?” . Si regresamos al encuentro con el cura y el barbero, ya sabemos que Sancho se olvidó lo que decía la carta para Dulcinea. Entonces, el lector piensa que Sancho va a tener una excusa muy mala y que acabará por decir la verdad a Don Quijote, que no se la entregó nunca a Dulcinea. Pero hay una sorpresa para el lector cuando Sancho dice en el texto: “No señor… porque después que la vi, como vi que no había de ser de más provecho, di en olvidalla.  Y si algo se me acuerda, es aquello del <<sobajada>>, digo del <<soberana señora>>, y lo último, <<vuestro hasta la muerte, el Caballero de la Triste Figura.>>  Y en medio destas dos cosas le puse más de trecientas <<almas>>, y <<vidas>>, y <<ojos míos>>”.

La sorpresa aquí es que en vez de decir algo desagradable a Don Quijote, Sancho muestra mucha inteligencia y le dice a su amo las cosas más importantes de la carta. Esto no es exactamente lo que Don Quijote quiere oír, pero es mejor que oír una equivocación o lo peor: nada. Por eso, Sancho le muestra al lector que por fingir que creía en la imaginaria Dulcinea como Don Quijote, nuevas ideas vienen a su mente y le dan a él su nuevo conocimiento. Otra vez, es una señal de su nueva habilidad en el proceso de “quijotización.”

        En el capítulo siguiente que sigue al episodio con Dulcinea, hay una serie de preguntas de Don Quijote sobre cosas específicas de Dulcinea. Otra vez, las respuestas no cumplen con las expectativas de Don Quijote. Pero, las respuestas inventadas sirven para dar a Sancho su falsa credibilidad, o mejor dicho, su prueba falsa de que él se reunió con Dulcinea. Sancho ahora tiene la habilidad de fingir, bastante bien, ciertas cosas que no ha visto antes, o nunca, y las hace parecer creíbles a Don Quijote que es lo que Don Quijote le ha hecho a Sancho durante la historia hasta ahora. Por ejemplo una pregunta en el texto de Don Quijote dice: “Cuando llegaste junto a ella, ¿no sentiste un olor sabeo, una fragancia aromática… como si estuvieras en la tienda de algún curioso guantero?”. Sancho le responde: “es que sentí un olorcillo algo hombruno, y debía de ser que ella, con el mucho ejercicio, estaba sudada y algo correosa”. Claro que Don Quijote no quiere oír que su señora huele como un hombre. Urbina dice: “Aquí Sancho se limita a relatar las acciones y palabras que bien pudieran haber tenido lugar. Lo hace intentando aproximarse a lo verdadero representando fingida verdad. Don Quijote oye y acepta lo que Sancho dice interpretando sus palabras como si se tratara de equivocaciones formales debidas a su falta de habilidad como observador de la realidad”.

        Es decir Don Quijote oye a su escudero, pero no cree lo que Sancho dice porque según él, tienen distintos conceptos de la realidad. Lo que es verdadero para Sancho puede ser falso para Don Quijote y viceversa. Unamuno discute este tema de conceptos de la realidad. Él dice: “Sancho’s logic was purely verbal; it was based on the supposition that we all mean the same thing when we use the same words; Don Quixote knew that with identical words we usually manage to say totally opposite things, and with opposite words we may say the same thing”.

Entonces, cuando Sancho dice que Dulcinea olía como un hombre, esta fragancia pudiera ser la misma fragancia de un perfume para Don Quijote. Lo que esto tiene en común con Sancho y su “quijotización” es que por decir cosas diferentes, él puede tener las mismas ideas de Don Quijote.

        Lo que el lector ve durante y después de este episodio es el desarrollo de un  proceso que seguirá hasta al final de la Parte II de Don Quijote de la Mancha. En tan sólo unos cuantos capítulos, el personaje de Sancho ha cambiado. Ha cambiado de un seguidor con vínculos fuertes a su familia a una persona que conduce su propia vida. Sancho Panza le ha demostrado al lector que por creer en lo increíble, es posible cambiar la forma de pensar y por estos nuevos pensamientos, su transformación hacia la “quijotización” empezó a tener lugar.

        Durante la Segunda Parte de Don Quijote de la Mancha, el lector sigue viendo la continuación de Sancho y su quijotización. Pero, no es una continuación hacia la locura que tiene Don Quijote, sino una continuación hacia un ser intelectual. Sancho empieza a hablar, pensar, y actuar más como Don Quijote a lo largo de la Segunda Parte.  Hay ciertos ejemplos en el texto. El primero es durante el quinto capítulo cuando Sancho habla con su esposa, Teresa, sobre más aventuras con su amo. Otro suceso es cuando Sancho y Don Quijote paran para pasar la noche en un bosque y hablan sobre los cambios de Sancho. Pero, tal vez el mejor ejemplo de su progreso intelectual es cuando Sancho se convierte en gobernador de Barataria.

        En el capítulo número cinco, Sancho y Teresa hablan sobre las cosas del futuro, y en particular, sobre la tercera salida de él y Don Quijote. En el pasado, Sancho hubiera hablado con su mujer a un mismo nivel. Es decir, él la hubiera tratado a ella como su igual.  Sin embargo, ahora después de tanto tiempo pasado con Don Quijote, Sancho cree que él puede hablar y tratar a otras personas como inferiores. Para Sancho, Teresa es una persona inferior como Sancho era para Don Quijote cuando ellos salieron juntos al principio. Eduardo Urbina habla sobre este episodio en el capítulo quinto. Él dice: “Sancho hace las veces de Don Quijote cuando éste no se halla presente, asimilándose su condición superior en la manipulación de la palabra, con evidente efecto burlesco. Sancho habla con Teresa como don Quijote hablara a él. La contradice, insistiendo en la posibilidad de un imposible; la insulta cuando no entiende sus razones con los mismos insultos por él recibidos”.

El texto apoya estas ideas de Urbina. Por ejemplo, Sancho habla en una manera tan diferente y elocuente que su mujer no tiene ninguna idea de lo que él está diciendo. Por fin, le dice a él: “Yo no os entiendo, marido” . Aparte de este diálogo entre los dos, Sancho sigue respondiéndole a ella con palabras y dichos despectivos. En el texto, Sancho le dice a ella: “Calla, boba… Ven acá, bestia”.  Estas palabras son muy similares a las que Don Quijote decía a Sancho durante la primera parte del texto.

        También, Sancho le corrige a ella cuando dice una prevaricación. Teresa dice en el texto: “haced lo que quisiéredes y no me quebréis la cabeza más con vuestras arengas y retóricas. Y si estáis revuelto en hacer lo que decís…” [Sancho responde con] “Resuelto has de decir, mujer… y no revuelto”.

        El lector tiene que recordar entonces lo que pasó entre Don Quijote y Sancho cuando Sancho dijo presonaje en vez de personaje, y Don Quijote corrigió a Sancho. Lo que el lector ve aquí es que Teresa se convierte en el personaje inferior, el papel que desempeñaba su marido, Sancho. Él le hace a ella lo que Don Quijote le hacía a él. Urbina dice: “Sancho traspasa su oralidad a Teresa y adopta el lugar de don Quijote de manera excepcional”. A Sancho, no le gustó cuando Don Quijote le corrigió. Como resultado, Teresa se enfada cuando su marido le corrige a ella. Entonces ella se hace el personaje del que se puede burlar, en vez de su esposo. Este episodio muestra al lector los principios del progreso intelectual de Sancho.

        En el capítulo número doce, el intelecto de Sancho está creciendo mucho. Además, aquí hay alguien, Don Quijote, que puede darse cuenta de ello. Digo esto, porque, por un lado, en el capítulo con Teresa, ella pensaba que Sancho hablaba de tonterías. Ella no sabía que los pensamientos de Sancho realmente han cambiado. Pero, por otro lado, Don Quijote se da cuenta aquí de la evolución de Sancho. En el texto, Don Quijote y Sancho hablan sobre la vida y las clases sociales. Don Quijote dice que cuando las personas de las clases diferentes se mueren, todo el mundo es igual. Don Quijote le pregunta a Sancho si él ha visto en su vida un ejemplo de este concepto. Sancho responde con “aquella del juego de ajedrez, que mientras dura el juego, cada pieza tiene su particular oficio, y en acabándose el juego, todas se mezclan, juntan y barajan, y dan con ellas en una bolsa, que es como dar con la vida en la sepultura” (505).  Ésta sería una respuesta bastante extraña para Sancho durante la Primera Parte, pero ahora, muestra su inteligencia. Don Quijote responde con: “Cada día, Sancho… te vas haciendo menos simple y más discreto”. Es decir, Don Quijote le está diciendo a Sancho claramente que su forma de pensar ha cambiado. Entonces, Don Quijote es consciente de los conocimientos de Sancho.

Sancho no es ajeno a su nueva capacidad, y en el texto, él le dice a su amo: “Quiero decir que la conversación de vuestra merced ha sido el estiércol que sobre la estéril tierra de mi seco ingenio ha caído. La cultivación, el tiempo que ha que le sirvo y comunico… ha hecho en el agostado entendimiento mío”. Él le muestra al lector que su aprendizaje ha venido de Don Quijote, y Sancho da las gracias a éste porque sin él, el cambio de Sancho no hubiera tenido lugar nunca. Don Quijote no responde con palabras, pero se ríe porque recuerda de dónde vino Sancho y que sus cambios han sido notables. El texto explica esta reacción de Don Quijote. Dice: “Ríose Don Quijote de las afectadas razones de Sancho, y parecióle ser verdad lo que decía de su emienda, porque de cuando en cuando hablaba de manera que le admiraba” (506). Entonces, ahora el lector ve muy claramente que hay cierto conocimiento dentro de Sancho. Este saber sigue aumentando en el libro, y tal vez llega al punto máximo cuando Sancho se va a su nuevo gobierno de Barataria.

         Cuando Sancho llega a su ínsula, hay muchos asuntos judiciales que solucionar. Cada uno es diferente. Entonces, él tiene que formular nuevos castigos y sentencias para cada uno. El texto dice: “la sentencia… movió a admiración a los circunstantes” y “quedaron todos admirados, y tuvieron a su gobernador por un nuevo Solomón” y “los circunstantes quedaron admirados de nuevo de los juicios y sentencias de su nuevo gobernador” . Es decir, Sancho impresionó a todos los presentes por su sabiduría y pensamientos racionales. Esto es porque casi todos los asistentes sabían que el gobierno de Sancho no era verdadero. Entonces, lo que ellos pensaban sobre su “rusticidad” era que Sancho no podía hablar tan bien ni pensar tan profundamente porque era un hombre sin educación.

El mayordomo habla sobre esto en el texto cuando le dice a Sancho: “Dice tanto vuesa merced, señor gobernador… que estoy admirado de ver que un hombre tan sin letras como vuesa merced, que a lo que creo no tiene ninguna, diga tales y tantas cosas llenas de sentencias y de avisos, tan fuera de todo aquello que del ingenio de vuesa merced esperaban los que nos enviaron… Cada día se veen cosas nuevas en el mundo, las burlas se vuelven en veras, y los burladores se hallan burlados”. El mayordomo está muy sorprendido. Él no pensaba que Sancho tuviera ni palabras ni ideas tan buenas.  Entonces, aquí hay otra prueba de la sorpresa que produce el intelecto de Sancho.

        Pero, tal vez el mejor ejemplo de Sancho y su capacidad de pensamientos nuevos es cuando él se va de su gobierno. Sancho ha dicho varias veces que un hombre no debe intentar ser lo que no puede. Es decir, la gente nace para desempeñar una profesión. Sancho no nació para ser gobernador. Él sabía esto, pero aun así quería serlo. Entonces, cuando se dio cuenta de esto, él sabía que tenía que irse de la ínsula. Lo hizo con lágrimas en los ojos porque él sabía que no era su destino.  Miguel de Unamuno habla sobre esto y dice: “But the end of Sancho’s government arrived, and at this end Panza rose to his most heroic heights. Leaving the government of the island, for which he had so much longed, Sancho found out who he really was” (236). Sancho dice en el texto: “Abrid camino, señores míos y dejadme volver a mi antigua libertad.  Dejadme que vaya a buscar la vida pasada, que para me resucite de esta muerte presente.  Yo no nací para ser gobernador…Quiero decir que bien se está cada uno usando el oficio para que fue nacido” . Entonces, tal vez estos pensamientos y estas palabras de Sancho son los más racionales del libro. Sancho renuncia a su gobierno. Renuncia porque no era su destino ser un líder.

        Entonces, Sancho se va a la caballeriza para coger su rucio, su único amigo, ya que Don Quijote no está presente durante ese momento. En el texto Sancho le dice a su rucio: ” Cuando yo me avenía con vos… dichosas eran mis horas, mis días, y mis años. Pero, después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos” . Es decir, era feliz cuando estaba con su rucio y con su amo. Éstas son otras palabras que prueban su capacidad racional. Sancho muestra al lector que su destino era trabajar la tierra como labrador, o ir por España con Don Quijote.

        Entonces, lo que el lector ve a lo largo de la Segunda Parte de Don Quijote de la Mancha es la continuación del proceso de quijotización de Sancho Panza. Sin embargo, la Segunda Parte presenta un Sancho con su propio intelecto y con pensamientos más profundos. También, Sancho pierde sus rasgos rústicos. Rafael Urbano escribe sobre este punto y personifica todo en la Segunda Parte del libro cuando dice: “he loses his rusticity and finds himself on the threshhold of great ideas”. Esto, en definitiva, es lo que le ocurre a Sancho Panza. La “quijotización” lo transformó de un rústico campesino al umbral de un gran hombre: un hombre que a través de la locura ajena, descubre su propia realidad y sabe aceptar los errores que ha cometido en el pasado.

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