PIRATAS, por Luis Manuel Moll Juan
España sabe mucho de piratas. De enfrentarse con ellos, perseguirlos y darles caza al precio que fuera. Y también de acceder a sus pretensiones, que en la América hispana se sustanciaba en el Tributo de Quema exigido a las ciudades porteñas si no querían arder pasto de las llamas. Los piratas lo saqueaban todo lo habido y por haber, a veces lo hacían en grupo y otras en solitario. En muchas ocasiones saqueaban “legalmente” al estar protegidos bajo la bandera de algún país.
Los fieros piratas del Atlántico y mar Caribe, muchos de ellos, acababan su vida colgados de una cuerda en algún lugar olvidado, pero jamás faltaron hombres para cubrir las dotaciones de sus bajeles, vivir en “su” libertad con sus propias leyes atracando y saqueando puertos e islas principalmente por todo el dominio español.
Desde la más remota antigüedad el hombre siempre ha sido tentado hacia un mundo de vida en el que la fascinación de la aventura se unía a la satisfacción de la codicia y todo ello realizado bajo la eterna sugestión de la mar. Ante estos tres requerimientos, no tenía que ser raro que una mentalidad inquieta y ambiciosa, condenada a una vida mediocre, no sintiera la llamada del corso o la piratería.
La pirata Anne Bonny. Nadie sabe su historia completa, pero, la irlandesa Anne Bonny era conocida como la mujer pirata más respetada y famosa. Nació en una familia irlandesa que migró a América del Norte, Anne Bonny fue repudiada por su acaudalado padre cuando se casó con un pobre marinero y pirata llamado James Bonny.
Barbanegra. Su verdadero nombre era Edward Teach, más conocido como Barbanegra – el notorio pirata Inglés, que aterrorizó a las aguas de las Antillas y la costa oriental de las colonias americanas desde 1717 a 1718. Aprendió el oficio bajo el mando de Benjamín Homigold en 1716. Pero muy pronto adquirió su propio barco, La Queen Anne’s Revenge. Sus alias Barbanegra, se deriva de su espesa barba negra y de aspecto formidable. Con una alianza entre piratas, realizo con éxito un asedio a la ciudad de Charleston, Carolina del Sur. Aunque Teach aceptó un perdón real, no tardó en volver a las andanzas el mar, lo que llevó al gobernador de Virginia, Alexander Spotswood a enviar a un grupo de soldados para la captura del pirata. El 22 de noviembre de 1718, una feroz batalla tuvo lugar en la que fue asesinado Teach por una pequeña fuerza de marinos dirigidos por el teniente Robert Maynard.
Las dotaciones que formaban esos barcos corsarios o piratas, la gran mayoría procedían de la marina mercante o bien eran desertores de la Armada Real. Los procedimientos habituales que existían para los marinos del primer grupo, eran el amotinamiento en su barco y dando muerte a su capitán o haber sido apresados por piratas y pasar a engrosar entre sus filas. Para los del grupo segundo, aquellos que procedían de la Armada, el salario escaso y la rígida disciplina eran los causantes de las deserciones y pasaban a convertirse en piratas. En el mundo de la piratería, la disciplina no era laxa, pero los incentivos eran sumamente extraordinarios.
Howel Davis. El capitán de cuatro buques, a saber, el Cadogan, Buck, Saint James y el Rover, Howell Davis fue un pirata muy conocido a pesar de que su carrera sólo duró 11 meses. El capitán gales también en famoso por la crianza de Bartholomew Roberts, que sirvió a Davis como un navegador. Pirata durante 11 meses, se inició cuando fue atrapado por el pirata Edward England. Decidió unirse a Edward England y en recompensa le dieron el comando de la nave Cadogan. Howell Davis a diferencia de otros piratas no utilizaba la fuerza, utilizaba el engaño. Uno de sus mayores hazañas fue la captura del comandante de la Royal African Company. Davis fingió ser un corsario legítimo y engañó al comandante invitándolo a cenar. Davis murió a tiros el 19 de junio de 1719, mientras trataba de secuestrar al gobernador de la isla portuguesa de Príncipe.
Las delas desigualdades económicas, las injusticias sociales y las frecuentes conflagraciones durante los siglos XVI, XVII y XVIII, crearon un ambiente propenso a la subversión; los hombres buscaron el expeditivo camino de la ilegalidad para salir de la miseria ambiente. Tanto más, cuanto que la corrupción moral afectaba a la mayoría de las clases dirigentes de Europa era otra lacra que fomentaba a los hombres sin ley. La reina Isabel de Inglaterra, organizó y dio consentimiento gubernamental al la piratería, sobre todo, al acoso de sus barcos piratas a los de mercantes españoles que venían de las américas, creando así un monopolio oficial de filibusteros a pesar de que la acción independiente de estos hombres, podía ser un riesgo pasa su propia nación.
Las continuas guerras de las épocas pasadas, legalizaban las actividades de corsarios y piratas, toda vez que las acciones de ambos se quedaban englobadas en el marco de las hostilidades.
Amaro Paro ha sido el corsario español más famoso de la historia, debido a que operó en los años conocidos como Edad de oro de la piratería. Dominaba la ruta entre Cádiz y el Caribe, atacando a las potencias enemigas de la corona española, y alcanzando una fama similar a la de Francis Drake. Felipe V le nombró señor de soga y cuchillo. Nacido en San Cristóbal de La Laguna en 1678, murió en 1747 siendo enterrado en el Convento de Santo Domingo de Guzmán de la localidad, donde hoy se puede ver su sepultura en la que está grabada una calavera guiñando el ojo derecho, con dos tibias cruzadas.
En su testamento escribió que poseía un cofre lleno de joyas de oro y plata, piedras preciosas y cuadros. Por ello su casa en Machado ha sido saqueda durante siglos por los buscadores de tesoros, sin éxito. En 2013 un equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Madrid exhumó sus restos para realizar pruebas de ADN y una reconstrucción de su rostro. Los trabajos fueron financiados por la empresa de videojuegos Ubisoft, para el lanzamiento de Assassin’s Creed IV.
Fuente: labrujulaverde.com
2 Replies to “PIRATAS, por Luis Manuel Moll Juan”
Buena información la que nos das. Pero deberías de haber especificado algo más ya que solo comentas los piratas que navegaron en el Atlántico y Caribe.
Está muy bien articulado, pero como bien Jusep, podía haber sido algo más extenso. Pero das una buena información. Muchas Gracias Luis Moll