VILLANUEVA DE SIGENA, EL PUEBLO DE MIGUEL SERVET, por Francisco Rivero
Miguel Servet
Todos recordamos desde los tiempos de niño, allá en los primeros estudios de bachillerato, quien era Miguel Servet, aquel médico aragonés que descubrió la circulación pulmonar de la sangre.
No hace mucho estuve en este interesante pueblo de la comarca de Los Monegros y descubrí con interés que la casa natal de este histórico personaje español se había convertido en un museo y en un centro de interpretación muy bien gestionado por el Ayuntamiento, en colaboración con el Gobierno de Aragón. El local fue inaugurado en julio de hace siete años por el Príncipe de Asturias. He tenido oportunidad de conocerlo en compañía de su alcalde, Idelfonso Salillas, y otros miembros de la comunidad de la comarca de Los Monegros.
Fue Miguel hijo del noble Antón Serveto, notario del monasterio de Sigena, del que hablaremos después, pues este convento es otra de las joyas que merece la pena visitar en esta comarca de los Monegros.
La verdad es que se trató de un personaje insólito: Su imagen fue quemada por los cristianos católicos y de manera real por orden de Juan Calvino, el famoso protestante, en Ginebra en octubre de 1553. Fue Miguel Servet, cuyo apellido correcto era Serveto, un hombre que era una verdadera enciclopedia: astrónomo, médico, matemático, geógrafo, teólogo… Estudió en profundidad numerosas materias con un espíritu liberal y eso, en parte, le llevó a la muerte.
Por su libro “De los errores de la Santísima Trinidad” donde dice que no tiene fundamentación en la Biblia, sino que se basa en las teorías de los filósofos y los teólogos. A todo ello añadió que Jesucristo es Hijo de Dios, pero no de la misma sustancia que El, por lo tanto no puede ser eterno, al haber sido engendrado.