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En los tres edificios religiosos de Domingo Pérez (Toledo), la ermita de La Soledad, la ermita de la Virgen del Prado y la iglesia de la Purísima Concepción, tenemos la suerte de conservar todos sus retablos originales. Las dos ermitas tienen un retablo cada una y la iglesia guarda nueve retablos, en su mayoría barrocos de los siglos XVII y XVIII y de muy buena factura.

Pero de todos estos retablos, llama poderosamente la atención el que sin duda es el más antiguo y uno de los más pequeños. Se trata del retablo de Cristo Resucitado que está adosado al muro lateral de la nave del evangelio, enfrente de la puerta principal de acceso al templo.

Desde 1571 la Parroquia de Domingo Pérez estableció contacto con el pintor Isaac de Helle, un artista flamenco instalado en Toledo. Helle contrató y elaboró para esta parroquia un retablo renacentista para el altar mayor que actualmente no se conserva, ya que fue sustituido por otro retablo de estilo barroco churrigueresco. Los libros de fábrica recogen que en 1576 se le encarga también un pequeño retablo para un Resucitado. La relación del artista con la parroquia termino en pleito, por lo que este trabajo quedo sin entregar.

En 1592 este trabajo se traspasa al pintor y escultor Pablo Cisneros. Que debió recibir al menos algunos de los materiales pues se le entregan 48.076 maravedíes por lo que añadió al retablo y 6.595,5 maravedíes por asentarlo. No sabemos lo que añadió entonces, pero en 1596 recibe 102.976 maravedíes por los aleros, los dos tableros con relieves y el remate del frontón “con un Dios Padre Todopoderoso” según dicen literalmente los textos del archivo de la parroquia. Por lo tanto, fue Pablo Cisneros quien remató y finalizó el altar en 1596, veinte años más tarde de la fecha del primer encargo.

Pocos datos biográficos tenemos del autor de nuestro retablo. El escultor y pintor Pablo Cisneros (o Zisneros) fue vecino de Toledo, posiblemente hijo o sobrino de Pedro Cisneros, también artista y vinculado a los también toledanos Francisco Comóntes (Toledo, ? – Ídem, 1564) y Juan Correa de Vivar (Mascaraque, 1510 – Toledo, 1566). Los trabajos más destacados que hemos podido identificar como suyos son un tabernáculo para la iglesia de Mentrida, participó en el retablo de Sonseca, en el de Santa Isabel de los Reyes en Toledo y contrató retablo de Cubas de la Sagra (Madrid) en 1582.

El retablo del Resucitado, de estilo renacentista-herreriano, se levanta sobre una mesa de altar curva, esta marmolizada y lleva en el centro una cartela. Estructuralmente el retablo cuenta con tres calles que se diferencian ya desde el banco o predela.

El banco se adorna con relieves de hojas carnosas, en el centro esta decoración aparece en los dos peldaños sobre los que se abre una hornacina de medio punto que da cabida a la imagen de Cristo Resucitado. Las molduras de madera que encuadran la hornacina son de una restauración reciente y están sin dorar.

En cada una de las calles laterales del retablo hay una tabla tallada en bajo relieve. En la tabla de la izquierda San Roque con el perrillo que le trae comida y el ángel que asiste y cura las heridas del peregrino. En la tabla de la derecha la imposición de la casulla a San Ildefonso, aparece la figura de la Virgen imponiendo la Casulla al santo toledano ayudada por un coro celestial formado por tres ángeles.

Sobre estas tablas apoyan cuatro columnas de fuste estriado y con capiteles corintios que definen y diferencian los espacios. Entre cada par de columnas encontramos una tabla al óleo con dos escenas cada una de ellas. A la izquierda la adoración de los Reyes y la decapitación de San Juan Bautista y a la derecha la circuncisión de Jesús y el bautismo de Cristo por San Juan Bautista.

Estas columnas sostienen un entablamento y la cornisa sobre la que encontramos una nueva arquitectura, compuesta por dos columnas más pequeñas pero del mismo estilo que a su vez están flanqueadas por dos contrafuertes decorativos. En el centro de este espacio una tabla al óleo con la representación pictórica del Nacimiento de Cristo, en el portal de Belén aparece la Virgen María arropando al niño sobre el pesebre lleno de paja, San José con una vela encendida, tres ángeles en primer plano y el buey y la mula al fondo de la representación.

A cada lado de la cornisa una pequeña figura dorada. Y rematando la segunda arquitectura y por ende todo el conjunto del retablo, un frontón de estilo clásico del que sale un busto de Dios Padre bendiciendo al espectador y del que ya hablamos antes pues es una de las figuras que se especifican en los contratos con Pablo Cisneros.

La imagen titular del retablo es una magnifica talla de madera policromada que representa a Cristo Resucitado. El 15 de febrero de 1619 algunos vecinos del lugar de Domingo Pérez contratan con el escultor toledano Antonio Cuello la imagen de un Cristo Resucitado. El autor firma este contrato bajo la fianza del ensamblador toledano Juan Rodríguez. En la fecha de esta escritura se pagaron 200 reales. El precio total fue de 800 reales, aunque antes de terminar de pagarlos tenían que dar su conformidad personas entendidas.

Se encargo por tanto un Resucitado con “su sepulcro en la pena, de la proporción del Cristo”, de dos varas de medida (1.67 metros) y con una vara en la mano.

El 28 de abril de 1619 se recogió la imagen en Toledo y los 600 reales restantes se pagaron en Toledo el 15 de agosto de 1619.

Cristo aparece de manera majestuosa, salido del sepulcro, de pie y desnudo, mostrando las llagas de la pasión. Uno de los pies aparece de puntillas mostrando el hueco del clavo. El brazo derecho lo eleva en actitud de bendecir y a la vez mostrar claramente otra de las heridas de los clavos, con la mano izquierda sujeta una vara que termina en cruz y tiene un banderín o estandarte que representa la victoria de Cristo sobre la muerte. El sudario oscuro que lleva, esta decorado con cenefas de pan de oro. Por ultimo las potencias que luce son de latón y hay que fecharlas en la segunda mitad del siglo XX.

La peana de la imagen es de madera, decorada con molduras curvas y estucadas.

La imagen de Cristo Resucitado despierta gran devoción entre los domingoperanos y tiene un claro carácter procesional dado que participa en la popular “Procesión del Encuentro” en la madrugada del Domingo de Resurrección junto a la imagen de la Virgen del Rosario.

 

Bibliografía y fuentes:

 

  • Archivo de la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Domingo Pérez (Toledo).

  • CEÁN BERMÚDEZ, Juan Agustín: Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España, Volumen 1. (Real Academia de San Fernando. Madrid, 1800).

  • GUTIÉRREZ GARCÍA-BRAZAL, Manuel: Artistas y artífices barrocos en el Arzobispado de Toledo, (Toledo, 1982).

  • MARTÍN VERDEJO, Félix: Historia de un pueblo toledano, Domingo Pérez desde su origen hasta finales del siglo XVII. (Domingo Pérez, 1999).

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