Fernando Vallejo Agreda (Zaragoza, 1966) es poeta y sacerdote católico. El título de su último poemario, Cuaderno Verde, publicado recientemente por Los Libros del Mississippi, nos recuerda que el autor está sumergido en el tiempo y el espacio. Como nos advierte Fernando Aínsa en su prólogo, a través de los quince poemas extensos que componen el libro, el poeta vuelve a sus recuerdos paralizados a lo largo del largo viaje de su proceso creativo en el que aparece un mundo de metáforas aisladas y surrealistas atravesadas por ciertos referentes simbólicos.

El escritor percibe el hecho poético como una forma de exteriorizar el mundo interior y percibir la realidad. Es un provocador, un seductor de la palabra y el lenguaje, un trasgresor de versos y un genio de la metáfora. La necesidad de escribir le conduce hasta el último límite para adentrarse y penetrar en el Otro. En su poesía destaca el amor hacia el ser humano que lo atraviesa mediante la mirada punzante y atrevida que transmiten sus versos. Con ingenio y agudeza incide en las relaciones humanas y hace alusiones a las personas con las que a diario, se encuentra en los cafés mientras escribe, en las calles o mientras reflexiona en sus lecturas cotidianas.

El autor aparta los tópicos y anota los matices de las luces y las sombras, los deseos y preocupaciones, las alegrías y tristezas. Nos habla del eco del lenguaje y de la mirada de la realidad que sucede mientras nos miramos en un espejo. El lector percibe impresiones ambivalentes y profundas en su mundo poético emocionante. Los fogonazos y destellos aparecen en forma de luz en el texto evocado por su voz poética contemporánea donde une el tema de la fugacidad de la belleza y la vida, atravesado por una continua transformación del mundo en pleno siglo XXI. Se insertan en su literalidad versos influenciados por Arthur Rimbaud, Lorca, Panero y Eliot que marcaron sus letras y moldearon su estilo. El poeta elabora un canto a la vida y profundiza en la pérdida del hombre y en sus recuerdos, en la fugacidad del tiempo y la visión de la realidad.

Fernando Vallejo Agreda

¿Por qué se escribe? Las razones pueden llegar a ser tantas pero la principal surge de una necesidad imperante como persona. Su creación poética tardía le encapsula en la imagen y el símbolo, en la alusión a las citas y referencias literarias de sus maestros, en las que, la palabra triunfa sobre el ser y su metafísica. De ese modo se perciben en sus poemas la naturalidad y la fuerza poética de la realidad cotidiana y la música que produce a ritmo lento, su lectura.

 

En los quince poemas que componen este dietario entre el 28 de diciembre de 2017 y el 10 de marzo de 2018, el poeta aragonés evoca temas transversales que forman una atmósfera y dan coherencia a su estructura. Incide en los mitos y penetra en los sueños y las ensoñaciones del inconsciente donde los recuerdos y los tiempos se pierden en las miradas de los seres humanos que transitan por el mundo. ¿Una simplificación de la realidad o por el contrario, una profundidad del poeta en el inconsciente colectivo que late en el hombre?

 

El poeta imagina la posibilidad de sumergirse en la vida de sus personajes, quizá todos reales, a los que refleja con expresiones sencillas y con una estética minimalista del lenguaje. Invoca la mirada a otras ciudades sin dejar de recordar a su amada Zaragoza. En ciertos momentos su poesía incorpora a Dios y al hombre en una especie de diálogo donde las voces se mezclan. Apuesta por una propuesta poética en sus juegos literarios donde la metáfora y el símbolo rasgan la mirada del Ser y del tiempo. Influenciado por la filosofía, Fernando Vallejo revela un mundo poético sublime que acerca al lector a hundirse e indagar en el sentido del “ser” del lenguaje por medio de la mimesis.

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