VII RUTA CERVANTINOQUIJOTESCA EN SU ANDAR DESDE BALAZOTE (Albacete) HASTA OSSA DE MONTIEL (Albacete)

Antonio Aradillas nos dice: “Los llanos hacen en gran manera Mancha a La Mancha” La llanura albaceteña tornan aún más Mancha a esta región española y, por lo tanto, a sus personajes. Mención especial a los cervantinos que tras sus huellas vamos.
Llegamos donde seguro en alguna ocasión paró nuestro Cervantes, un lugar con cantidad de antecedentes históricos, se trata de Balazote, villa esta que levanta oleadas de imaginación y de fantasías quijotescas. Patria de la escultura ibérica “La Bicha de Balazote” que nos representa a un toro sentado con cabeza de mujer del siglo V o IV aC. Con rasgos orientales y de gran parecido a las esculturas griegas de los templos sicilianos.
En el pueblo, destaca entre sus paisajes callejeros la iglesia de Nuestra Señora del Rosario del siglo XVI. Existe una imposible leyenda que nos dice refiriéndose a esta iglesia que están enterrados los maridos de las hijas del Cid Campeador.
Alcaraz, está inmerso entre montes de ahí le viene el sobre nombre de “La Suiza de La Mancha”. Su patrimonio cultural es impresionante. Durante el siglo XVI tuvo un periodo muy importante de esplendor del que dan muestras sus mucho monumentos de aquella época. Seguro que hasta Cervantes y el propio Quijote cuando visitaron esta ciudad quedaron sorprendidos por su grandeza. Lo más popular es su Plaza Mayor de principios del siglo XVI, delimitada esta por tres lonjas en las que se realizaban las transacciones comerciales: “La del Corregidor, Ahorí y Regatería”-
A unos seis kilómetros de la Villa se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Cortés del siglo XVI aunque hay antecedentes que se remontan al año 1222 con la legendaria y piadosa aparición de la Virgen.
Cuando la Virgen de Cortes
Sale de su carrascal
Se sienten las campanillas
En los altos de Alcaraz.
De camino por estos campos manchegos pasamos por El Ballestero y al poco llegamos a Lezuza donde entramos en tierra de los Campos de Montiel. Lezuza está alojada al abrigo de una ladera protegida por las ruinas de un viejo oteador del orizonte y bañada en su base por el río del mismo nombre, descanso de varias caminos que pueblan sus aledaños y con una historia romana propia que dejó tras de sí la calzada de testigo
De auge durante la época romana su nombre deriva del que tuvo entonces: colonia Libisosa Foroaugustana, conocida como Libisosa. En el año 253 de nuestra era, los santos San Vicente y San Leto, fueron mártires en esta ciudad.
Y cuando dejamos Lezuza, nos vamos hacia Munera no sin antes hacer parada forzosa en El Bonillo.
El Ballestero. Iglesia Parroquial
Lezuza. Iglesia Parroquial
Lezuza. Colonia romana de Libisosa
Lezuza. Calles