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Dibujo de las ruinas del castillo del Duque

Música recomendada:  Guitarra española

Naturalmente para el estudio de los orígenes de Ocaña, hemos de ajustarnos a los referidos a su historia y a los que aluden a su patronímico, que como es lógico corren parejos.

El primer autor consultado establece que el principal núcleo habitado de toda esta zona de la vega del Tajo en la antigüedad, desde época prehistórica a la islámica, fue el enclave de Aurelia, la actual Oreja en Ontígola.  Dependiendo de ella, se encontraba la posición fortificada de Ocaña, dominando un barranco en el borde norte de la Mesa que lleva su nombre.

En cuanto a lo primero, y antes de entrar en detalles si fuera posible, creo obligado  traer aquí, ante el oyente, la inmensa colección de piedras prehistóricas recolectadas durante muchos años por el infatigable dominico P. Santos, que ha dedicado gran parte de su vida a recorrer los campos olcades buscando dicho material y que, a la vita está, le ha producido una enorme cantidad de él; sin duda este material habla por sí solo y viene a demostrar que  el lugar en que está enclavada Ocaña, y lugares adyacentes, debieron estar en la prehistoria intensamente poblados y, debido a la gran cantidad de objetos prehistóricos hallados y, especialmente  a la proliferación de flechas o puntas de las mismas, muy posiblemente fueran tribus belicosas las que ocuparon en tan tenebrosos tiempos la superficie del lugar que nos ocupa.

Adolfo Aragonés en su libro referido a Ercilla y La Araucana dice: que en los papeles viejos que guarda el Ayuntamiento de Ocaña, los términos que dan autoridad a esta Villa, por partes, tienen más de tres leguas, y tenían al Tajo por límite, comprendiendo lo que hoy ocupa el sitio de Aranjuez. Esto viene a darnos idea del gran territorio que ocupaba tan extenso término.

(Por estos territorios, sigue diciendo el autor, que D. Felipe II remuneró a Ocaña con la dehesa denominada la Recompensa, por el terreno que se apropió para la formación de Aranjuez en 27  de Enero de 1558, concediéndole a continuación, El Sotillo de la Bastida.)

Vista general de Ocaña

Hecha dicha aclaración para hacernos una idea de la magnitud de los territorios de lo que estamos hablando retomamos nuestro relato ya, seguimos diciendo que Cortés y López, en su diccionario geográfico histórico de España afirma que, Ocaña es el Vicus Caminarías marcado como la 9ª mansión militar de una de las calzadas romanas que partiendo de Emérita Augusta terminaba en Cesar Augusta.

En esto vamos a coincidir que Ocaña ha sido desde los tiempos más remotos un nudo de comunicaciones importantes dentro de la Península como lo es al día de hoy,   pues todos sabemos que es cruce de caminos entre el norte y el sur de España, por las carreteras que cruzándola llevan a Andalucía o Albacete, entre el este y el oeste a través de las de Cuenca o Valencia amén de otras más, comarcales, que sirven en una intrincada araña de puentes geográficos próximos y lejanos.

Antes de hablar de sus orígenes forzosamente hemos de fijarnos en su situación geográfica, casi en el centro dela Península Ibérica, en la parte norte de la provincia de Toledo lindando al norte con Aranjuez, que en la modernidad ha sido gran núcleo de población,  está situado en una elevada meseta, que hoy se conoce como la Mesa de Ocaña, que va descendiendo suavemente hasta sumergirse en las aguas del Tajo, y aunque en su entorno se levantan municipios más cercanos, que son más modestos en su extensión y población, como fueron y son Yepes, Ontígola, Noblejas, Villarubia de Santiago,  Villatobas, Dos Barrios, Santa Cruz de la Zarza y Ciruelos; se citan por Pozuelo Espinosa como despoblados, o poblaciones menores en tiempos pretéritos: El Villarejo (que se adhirió a Ocaña). Olac, que posteriormente el cristianismo le bautizó con el nombre de San Benito. Chozas Nuevas, Chozas Viejas, Val de las Casas que tuvo gran vecindario, El Corralejo, El Aljive, que tenía una ermita consagrada a San Gil, y Ocañuela que tuvo un suntuoso templo dedicado a San Miguel. Hemos de destacar que algunos de los municipios citados estaban poblados y activos en los finales de la edad media y principios de la moderna, quedando en algunos de ellos restos que pueden determinar su ubicación, y otros que por la acción del hombre y del tiempo han desaparecido para siempre; pero hemos de dejar sentado que todos ellos formaron parte de la entidad geográfica afecta en mayor o menor intensidad a la actual Ocaña.

Fuente Romana
Calzada Romana
Lápida Romana

Aunque son muy numerosos los historiadores que con ahínco se han dedicado a rebuscar en la historia los orígenes de la ciudad, no son muy exitosos sus logros y, si de cada uno transcribiéramos sus teorías y posibles descubrimientos nos encontraríamos cargados de numerosas curiosidades de las que, alguna podríamos asumir, aunque las más quedarían descartadas por su fantasía o por la falta de documentación que las avale.

 Entre ellas podemos destacar algunas: – Fijaríanse algunos de los inmediatos descendientes de Tarsis en tan privilegiado suelo. Brigo, cuarto rey de los que aparecen en la cronología del Viterbiense estableció su corte en la población que nos ocupa…-El citado monarca fundó un famoso castillo o torre conocida como la del Homenaje… Fue fundada por los hebreos que acompañaban a Nabucodonosor…  

 Calatayud confiesa noblemente: que los primeros fundamentos de la Villa son tan antiguos que de su principio no se halla memoria.

Estamos de acuerdo con el citado autor y después de las consultas realizadas llegamos a la conclusión que él, no es posible determinar los orígenes de Ocaña, aunque podamos afirmar que son tan antiguos que se sumergen en la noche de los tiempos y en la más vieja de las prehistorias.

Diaz Ballesteros y Lariz Garcia, en su historia de la Villa de Ocaña sostienen que era la Olcadia una confederación de pueblos situados  en el centro de España entre la Carpetania y la Celtiberia.

Suena por primera vez la palabra Olcadia, según estos autores, en boca de Aníbal quien en las batallas tenidas entre Roma y Cartago dice, que antes de atacar a Sagunto hay que dominar la Olcadia.

Florián de Ocampo manifiesta que la Villa de Ocaña, alejada nueve leguas de Toledo, por la parte oriental, se debió llamar Olcania en tiempos de los antiguos, creyendo que sería principal entre las otras poblaciones de estas olcadas.

El P. Juan de Mariana en el libro II de su historia de España: Los olcades en donde ahora está Ocaña …fueron los primeros sujetados.

Rodrigo Menedez Silva: Y corriendo siglos la poseyó cierta nación española dicha Olcadas, año 219 antes de la humana redención, ensanchándola con el nombre de Ocaña, que tenían por cabeza de distrito.

Martín Gamero: Los olcades y celtíberos , habitantes de la hoy llamada Mesa de Ocaña y serranía de Cuenca.

Rematan toda esta serie de imprecisiones los autores Pozuelo y Espinosa diciendo entre otras cosas: así con tantas autoridades como dejo mencionadas, queda claro que en este sitio estuvieron las Olcadas, y que en ellas fue siempre su cabeza Olcaniaque es hoy la Villa de Ocaña: Y no era necesario más seria reflexión que considerar la estrecha vecindad que tuvieron con los olcadenses, los carpetanos y vacceos , como se infiere de todos los escritores romanos.

Utensilios ibéricos. Museo Arqueológico de Ocaña
Cerámica Árabe. Museo Arqueológico de Ocaña

Ello no es óbice para que sigamos intentando, mencionando a viejos historiadores, que sigamos rascando en la historia, tratando de dilucidar algo concreto y, aunque no lo consigamos,  nada podrá oscurecer la fecunda historia que tiene dentro de los tiempos de los que tenemos conocimientos muy concretos, así como de la luminosidad, proyección e importancia de sus personajes, verdaderos héroes en su mayoría del acontecer de España, y en gran parte actores en presente del acontecer más importante de las más excelsas y brillantes páginas de nuestra historia.

Diaz Ballesteros y García Suelto en su Historia de la Villa de Ocaña publicada en 1877 entran en la descripción de las batallas que sostuvieron cartagineses y romanos y aunque más en el terreno de las suposiciones, y las deducciones, que, en otro, mencionan a Ocaña como protagonista en diversos combates celebrados en su entorno por la conquista de Toledo por las legiones romanas. Sin duda estos autores han manejado profusamente textos latinos y han leído a autores de la época, dado lo detallado de sus descripciones, pero de las diversas citas que hacen nos quedamos con una.

“Dícese que Julio Cesar cuándo encaminó su ejército para Sevilla, arregló su modo y terreno y que Ocaña continuó en su gobierno a manera y estilo que lo permitían las circunstancias de aquellos tiempos”.

De donde nos vemos obligados a deducir que si Aníbal dice“que antes de atacar a Sagunto hay que dominar la Olcadia”, pasado el tiempo de su derrota y llegada la invasión de la Península por lo romanos ya se ve determinado y fijado el nombre de Ocaña como propio de la actual.

Para terminar, citaremos las teorías de otros autores respecto a su nombre:

   Los documentos más antiguos que contienen el topónimo, del cual deriva el actual de esta población, se remontan a la primera mitad del s. XII. Es común la aceptación de que el término “Ocaña” parece ser que tiene la base olca- de origen celtibérico con el significado de ‘campo fértil, vega’, con la probable evolución siguiente: Olcania, Ocania, Ocaña.

 Existen no obstante otras teorías, como la de Nieto Ballester, quien afirma que Ocaña es un término prerromano, de aspecto europeo, pero no celta.

Otro posible origen del nombre podría estar en el antiguo pueblo céltico de los olcades, de tal forma que Ocaña bien pudo ser un nombre derivado con el que se designaría cierto territorio de este pueblo prerromano.

Posada de San Martín

Por otro lado, Menéndez Pidal cita el nombre de Ocaña para apoyar su tesis del sustrato ligur en la península ibérica apoyada en la relación de topónimos ibéricos con Oca y Occa tales como Ouca en Braga y en Aveiro, Oucada en Vianna, Ucanha en Viseu, Oca en Burgos y Vizcaya, el de Ocaña en Toledo y Almería, u Ocañas en Granada. En este sentido, la hipótesis de que su denominación actual derive de la repoblación durante los siglos XI y XII por parte de habitantes procedentes de la tierra de Oca, en Burgos, debe de ser tenida en cuenta.

Ocaña es hoy un bello conjunto monumental, que pierde sus orígenes en el periodo prehistórico del Paleolítico medio-superior, según nos han mostrado los yacimientos estudiados en toda la zona.

Fuente Grande

Citando algunos acontecimientos de su historia podemos considerar los siguientes:

El emir de Sevilla Ebn Abed dotó con Ocaña a su hija Zaida en 1082.

 Los árabes volvieron a adquirirla nuevamente, para poco después ser conquistada por Alfonso VI hacia el 1106.

 Su poblamiento se apoyó primeramente en el fuero de Oreja y en 1156 Alfonso VII le concede fuero.

 Más adelante, en 1173, la villa de Ocaña pasó a Tello Pérez de Meneses y a Pedro Gutiérrez

Fue repoblada con habitantes procedentes de la tierra de Oca, en Burgos. Poco después, en 1177

Tello Pérez de Meneses dona a la Orden de Calatrava la cuarta parte de Ocaña: «… quarta parte de tota occania…»

Hay restos que avalan que Ocaña tuvo una importante comunidad judía o aljama, de tal importancia que las leyes del Fuero Juzgo, promulgadas en 1296 sobre la anulación de deudas de cristianos a judíos, disponían que no se aplicaran a esta localidad.

Su judería en el siglo XV destaca como una de las más grandes del reino de Castilla, y en ella vivió el rabino y cabalista castellano Isaac de León. Esta herencia se refleja aún hoy en día en el nombre de algunas de sus calles

Alfonso XI otorga en 1313 los tributos de Ocaña a la Orden de Santiago.

 Fue escenario de grandes acontecimientos como las cortes celebradas por Juan II y su hijo Enrique IV en los años 1422 y 1468/1469 respectivamente.

Fue lugar de refugio de Isabel la Católica, exiliada de la Corte de su hermanastro Enrique IV; y donde encontró, en los caballeros ocañenses Gonzalo Chacón y Diego Gutiérrez de Cárdenas, Comendador de Santiago, a sus mayores valedores. Posteriormente, siendo ya Isabel reina, ambos gozaron de amplia influencia en la Corte. En 1499, los Reyes Católicos juraron a su nieto Miguel en la desaparecida Iglesia de San Pedro.

 

 

4 comentarios

  1. Hola me llamo Miguel Ángel, vivo en Madrid tengo la vocalía de un Centro de Mayores para viajes culturales y estoy interesado en organizar una excursión a (Ocaña Toledo)
    Os mando mi dirección personal para si podéis ofrecer un teléfono para información muchas gracias…

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