“(…) El Gesù es el primer templo jesuita del mundo. Su nombre completo es “Iglesia del Santísimo nombre de Jesús. El propio San Ignacio de Loyola se encargó personalmente de las gestiones para su construcción, y se emocionó cuando el gran Miguel Ángel aceptó diseñarla. Pero todo quedó en nada, y el templo no llegó a realizarse hasta unos años después de la muerte del fundador (…)”.
La iglesia del Gesú, en Roma, localizada en la plaza del Gesú una de las zonas más céntricas de la ciudad, y también cerca de la plaza de Venecia.
Este tipo de iglesia jesuítica fue, en sus orígenes, en cierto modo, una abanderada de la filosofía teológica de la Contrarreforma ,plasmando con fidelidad las trascendentales indicaciones del Concilio de Trento y se convirtió en la iglesia de la Contrarreforma por excelencia. Su modelo se expandió por todo el mundo con la misma rapidez que lo hacían los propios jesuitas.
Comenzó su construcción de forma austera siguiendo los principios de la Contrarreforma pero más tarde derivó a una fastuosa decoración barroca, con impresionantes frescos ilusionistas, que nos deslumbran nada más entrar en su interior.
El rasgo más llamativo de la decoración interior es el fresco del techo: el grandioso Triunfo del nombre de Jesús de Giovanni Battista Gaulli, quien también pintó al fresco la cúpula.
Los principales arquitectos implicados en la construcción fueron Jacopo Vignola y Giacomo della Porta, quien revisó el diseño y trazado de la fachada realizado por el primero.es decir entre la equilibrada composición de Vignola en tres planos superpuestos y la tensión dinámicamente fusionada de Della Porta, debida a sus fuertes elementos verticales. La construcción de la iglesia comenzó en 1568 y fue terminada en 1584
En general se trata de una obra del arquitecto Giácomo Barozzi da Vignola, conocido simplemente como Vignola, realizada en 1568. Se trata de un monumento religioso erigido por la orden jesuita, que busca la creación de un espacio a base de amplias salas sin columnas en medio, aptas para albergar gran cantidad de fieles, de manera que todos pudiesen atender a las predicaciones. Este tipo de iglesia establecido en Roma por Vignola, hunde sus raíces-como hemos señalado anteriormente- en la arquitectura católica de la Contrarreforma surgida tras el Concilio de Trento.
Esta iglesia fue financiada por Alejandro Farnesio, sobrino de Paulo III, siendo encargada al mejor arquitecto italiano a la muerte de Miguel Ángel, el mencionado Vignola. Éste era el arquitecto preferido del papa y arquitecto de cámara de los Farnesio.
Vignola diseña una planta de cruz latina de una sola nave, con las naves transversales incluidas en el recinto, por lo que asemeja una planta basilical. Posee un amplio crucero que se ilumina gracias a la gran cúpula y una serie de impresionantes y bellas capillas laterales.
La única nave se cubre con una bóveda de cañón, contrarrestada en el exterior por grandes contrafuertes, entre los que se albergan las capillas laterales, que sirven para la realización de otros cultos. En el testero se abre un ábside semicircular central, a la manera de las basílicas romanas.
Resulta clara la inspiración en la iglesia de “San Andrés de Mantua” de Leon Battista Alberti, aunque hay un elemento que las distancia, la cúpula, que aquí desempeña un papel de elemento de distribución de la luz, que incide sobre todo en el crucero, mientras que la nave y el presbiterio reciben una menor iluminación. Esta importancia de la organización de la luz en un interior, es la primera vez que aparece y posteriormente va a ser uno de los elementos fundamentales de la arquitectura del Barroco.

Los frescos, obra del Baciccia, crean una inaudita ilusión de profundidad. Los de la bóveda, en la parte de la nave comprendida entre la puerta y la cúpula, son de Belisario Corenzio (1560-1630) y de Paolo De Matteis (1662- 1728), con escenas bíblicas e historias de Santos que exaltan el Nombre de Jesús.
Sobre los cuatro pilares que sostienen la cúpula se encuentran los frescos de los cuatro Evangelistas, obra de Giovanni Lanfranco (1582-1647).
La cúpula actual no es la original, proyectada con gran solemnidad por Paolo Valeriano, porque se derrumbó en el terremoto de 1688.
En la segunda mitad de la bóveda, hasta el ábside, los frescos son de Massimo Stanzione (1585-1656), y representan escenas de la vida de la Virgen María
Tanto su fachada , una verdadera revolución en su época que está reconocida como “la primera verdaderamente barroca” como la planta de nave única con pequeñas capillas laterales, marcaron la pauta que luego siguieron miles de iglesias.
El arquitecto Giacomo della Porta, introdujo en la fachada una serie de elementos poco clásicos que muestran el inicio del barroco. En su disposición general la fachada conserva la tradición del siglo anterior, con un cuerpo bajo con pilastras pareadas de orden corintio (que, a ambos lados de la puerta principal se convierten en columnas adosadas) y un cuerpo superior que remata en frontón. El cuerpo bajo es más ancho, ya que tiene la amplitud de la nave central más las capillas, mientras que en superior solo tiene la anchura de la nave central. Los dos pisos salvan su diferencia de tamaño, al unirse por una moldura curva con dos volutas que logra casar perfectamente los dos cuerpos. Esta solución arquitectónica se va a popularizar en los tratados de arquitectura y gozará de gran predicamento posterior, constituyendo las volutas laterales uno de los motivos más frecuentes en la estética barroca.
La fachada, asimismo, se articula mediante pilastras y donde el ritmo exterior reproduce el ritmo interior, La parte central se encuentra destacada mediante el uso de medias columnas y un doble frontón doble, en el que un frontón curvo engloba a otro recto (los frontones englobados serán característicos del Barroco posterior.
En ella percibimos un cierto dinamismo, aunque sigue siendo bastante plana, únicamente con un ligero movimiento en el frontón y con un ritmo generado a través de las pilastras. Sobre la puerta principal vemos una ventana grande enmarcada por pequeñas semicolumnas elevadas sobre podio, que sostienen un frontón triangular, colocando entre ellas una balaustrada. A ambos lados aparecen hornacinas terminadas en arcos de medio punto recubiertas de frontones triangulares.
Hasta 1568 fue bastante frecuente el modelo de planta centralizada, habiendo realizado Vignola varias obras según éste, pero en esta obra es impuesta la planta longitudinal, al considerarse la planta centralizada como susceptible de paganismo.
Las puertas de acceso también tienen frontones, siendo curvo el de la central, bajo el que se establecen guirnaldas). Sobre esta puerta sitúa el escudo con el emblema de los jesuitas. Sobre cada una de las puertas laterales coloca hornacinas con esculturas de santos. Este modelo de fachada va a ser el modelo de todas las iglesias de los jesuitas en Europa e Hispanoamérica.

El cuerpo de la iglesia es una simple nave central, sin naves laterales, de manera que la congregación esté junta y concentrada en el altar mayor. En lugar de naves laterales hay una serie de capillas interconectadas detrás de entradas en forma de arco, cuya entrada está controlada por balaustradas decorativas con rejas. Lo que realmente nos llama la atención es la suntuosidad de la decoración interior de la iglesia.
Typography is the art and technique
Typography is the art and technique of arranging type to make written language legible, readable and appealing when displayed. The arrangement of type involves selecting typefaces, point size, line length, line-spacing (leading), letter-spacing (tracking), and adjusting the space within letters pairs (kerning).

En cuanto a la decoración interior, reiteramos, la necesidad de destacar el gran fresco del techo, así como las numerosas esculturas que se disponen en la capillas laterales
Los materiales, en general, que se utilizan en la construcción de tan impresionante monumento son principalmente: ladrillos con mezcla revestidos en mármol en muros; ladrillo, piedra y mortero revestido con estuco en bóvedas; piedra y mortero en la cúpula; madera y tejas en la cubierta; baldosas de mármol en los pisos.
Desde el pavimento de mármol hasta la cornisa se elevan grandes pilastras recubiertas de mármoles policromados. Los altares y las balaustradas han sido realizados con incrustaciones de mármol. En total hay once capillas.
El ábside y el altar mayor fueron concebidos como un himno de alabanza a la Eucaristía y a la Virgen María. El diseño del ábside es de Cosimo Fanzago (1591-1678), modificado por Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), con seis grandes columnas monolíticas, en el centro de las cuales se alza la gran estatua de la Inmaculada, situada sobre un gran bloque de mármol sostenido por un grupo de ángeles. La estatua es de Antonio Busciolano (1823-1871). Del mismo escultor son las estatuas laterales de los Apóstoles Pedro y Pablo.
El altar mayor es fruto del trabajo de varios artistas napolitanos,
En las paredes a ambos lados del altar mayor se abren dos elegantes tribunas en mármol rojo, sobre portales igualmente marmóreos, y los dos coros con grandes órganos del siglo XVII.
En general la impresionante iglesia del Gesú es un icono jesuítico, un modelo muy imitado y alabado de templo que cada vez más llama nuestra atención y admiración. Su belleza te dispersa la atención y la observación detalldada por su derroche artístico. Sin duda es una especie de explosión de arte, cultura y belleza.