Picasso, que utilizó a menudo su arte como elemento de propaganda e instrumento contra la guerra, pintó el cuadro en 33 días. Esta obra universal no sería sólo un producto de las inquietudes que tenía el pintor por el bombardeo, sino que realiza una excelsa interpretación de una especie de sinfonía compuesta por todos los fantasmas atormentados: “El caballo herido, el toro, la mujer con el niño desvaneciéndose entre sus brazos, el guerrero derrotado y el portador de la luz, por ejemplo, son todas referencias a cuestiones que perseguían o habrían perseguido a Picasso en algún momento de su vida. son reunidos para representar lo que sucede en Guernica. La vida de Picasso era de por sí un bombardeo, y no dudó en usarla para representar lo trágico y horrendo que fue el ataque en Guernica. Se trata todo de la lucha del humano contra el mal y de los problemas personales como fuente de inspiración a encontrar la luz incandescente que lucha con aquella luz tecnificada llamada guerra”.