El Monasterio de Belém

El monasterio de la Orden de San Jerónimo está ubicado en el barrio de Belém, en Lisboa (Portugal). Se trata de una magnífica muestra del estilo renacentista y plateresco manuelino, una joya de este estilo arquitectónico portugués que se desarrolló en el reinado de Manuel I de Portugal (1495-1521), en una época de gran esplendor de la economía portuguesa.

            Recordemos que Manuel I de Portugal, apodado El Afortunado (1469 – 1521) llamado así por los grandes logros y acontecimientos acaecidos durante su reinado, entre ellos el descubrimiento de la ruta Atlántica hacia las Indias por el cabo de Buena Esperanza y el descubrimiento de Brasil, fue doble yerno de los Reyes Católicos al estar casado primero con la princesa Isabel de Portugal y luego con su hermanan María. Fue un rey de tendencias absolutistas que supo adaptar el sistema financiero portugués al desarrollo económico del momento.

El monasterio de los Jerónimos es una variación portuguesa del estilo gótico final, tardío, así como del arte luso-morisco o mudéjar, marcado por una sistematización de motivos iconográficos propios, simbolizando el poder regio e incorporando ornamentaciones del Renacimiento italiano. El término “Manuelinofue creado por Francisco Adolfo Varnhagen en su Notícia Histórica e Descriptiva do Mosteiro de Belém de 1842.

            La primera traza del monasterio la realizó el arquitecto de origen  francés Diogo Boytac, al que sucedió más tarde el arquitecto Juan de Castillo. Esta impresionante manifestación arquitectónica fue realizada  por encargo del rey Manuel I de Portugal para conmemorar el afortunado regreso de la India de Vasco de Gama. Se fundó en 1501 en la antigua ermita fundada por el Infante D. Enrique.

            La primera etapa constructiva de la iglesia nueva comienza en 1514 y fue ampliándose y modificándose hasta el siglo XX. Se financió gracias al 5% de los impuestos obtenidos de las especias orientales, a excepción de los de la pimienta, la canela y el clavo, cuyas rentas iban directamente a la Corona.

Destacan en este monasterio los portales principal y lateral, el interior de la iglesia y el magnífico claustro. Las capillas de la iglesia fueron remodeladas en puro estilo renacentista en la segunda mitad del siglo XVI y contienen las arcas funerarias de Manuel I y su familia, además de otros reyes de Portugal. En los Jerónimos se hallan también, en las zonas laterales, las tumbas (neomanuelinas) del navegador Vasco da Gama, con símbolos naúticos, y del poeta Luís de Camões. En una capilla del claustro descansan, desde 1985, los restos del escritor Fernando Pessoa. También se encuentra la tumba del rey Sebastián,  que está vacía; joven personaje que nunca regresó de la batalla de Alcazarquivir que tuvo lugar en 1578, alzándose un mito en torno a su figura.

            El claustro es espectacular. Se encuentra situado junto a la nave norte del templo y fue diseñado también por Juan de Castillo. Fue realizado entre 1517 y 1519 dando lugar a un resultado final de armonía y uniformidad. Todo él está ampliamente decorado con motivos manuelinos (letra M, esfera armilar, cabos marineros, temas religiosos, hornacinas, medallones, etc.). Desde el piso de arriba se puede acceder al coro alto de la iglesia, que fue construido por Torralva en el siglo XVI, observándose toda su grandiosidad y belleza. En él se halla una importante sillería también del XVI y un impresionante Cristo crucificado.

            El refectorio es bastante amplio, cubierto por una buena bóveda nervada. Sus paredes están decoradas con la línea de una soga y con azulejos del siglo XVIII.

            En la sala capitular se encuentra la tumba de Alexandre Herculano (1810-1877), historiador y primer alcalde de Belem y fue diseñada también por Castillo.

            El interior consta de una sola nave de planta de salón ( caracterizada por ser rectangular y porque  todas las naves que componen la edificación tienen la misma altura), asi como por una abigarrada decoración manuelina. La bóveda del crucero es grandiosa ,sin apoyos centrales y con una compleja red de nervaduras.

El monasterio fue confiado a los jerónimos, que estuvieron en él hasta 1833 en que fueron expulsados por la autoridad civil. En su estructura arquitectónica., en unas de sus alas,  se encuentran los museos de la marina y el nacional de arqueología

            Este monasterio, junto a la cercana Torre de Belem y el Monumento a los Descubrimientos simbolizan la Era de las exploraciones portuguesa y se encuentran  entre las principales atracciones turísticas de Lisboa, situadas, además, en un entorno próximo.

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